Es uno de los museos más importantes de Madrid, aunque también de los más desconocidos. Está situado en lo que fue la casa-palacio del XVII Marqués de Cerralbo y su visita traslada al visitante a la forma de vida de una familia aristocrática de finales del siglo XIX.
El palacio, de estilo clasicista, decorado con elementos neobarrocos y rococós, fue concebido desde el principio con una doble función, como vivienda y como museo, sede de las obras de arte reunidas por los marqueses de Cerralbo y sus hijos, los marqueses de Villa-Huerta, durante los numerosos viajes que realizaron por España y Europa. Así, el museo se compone de más de 50 000 piezas entre pinturas, esculturas, cerámicas, cristal, tapices, muebles, monedas, medallas, dibujos, estampas, relojes, armas, armaduras, objetos arqueológicos, etc…
El marqués de Cerralbo donó a la nación española este patrimonio instituyendo el Museo Cerralbo, con el fin de que sus colecciones perdurasen “siempre reunidas y sirvan para el estudio de los aficionados a la ciencia y al arte”.
Dado que, por respeto a la casa – palacio, los distintos objetos expuestos carecen de elementos que informen acerca de los objetos que muestran (salvo aquellas cartelas identificativas colocadas por el propio Marqués), el museo ofrece, durante la visita, un cuaderno con la información y piezas más destacadas, que está disponible en español, inglés, francés, italiano, ruso, portugués, alemán, chino y japonés.